Militar y político. Fue designado Presidente del Estado Bolívar
el 17 de abril de
1901. Se posesionó el 6 de mayo y gobernó hasta el 27 de mayo de 1904.
El general Julio Felipe Sarría Hurtado nació en caracas el 17 de agosto de 1841
y falleció en Maiquetía el 31 de marzo de 1916. Tenía 60 años cuando fue nombrado
Presidente del Estado y había cumplido una trayectoria militar importante desde
que peleó como soldado en la Guerra Federal (1859-1863). Tenía la mano derecha
mutilada y presentaba una cicatriz en el rostro, a causa de heridas sufridas
durante la toma de caracas por parte de las tropas de la Revolución de los
Azules (junio de 1868).
Se distinguió como
militar aguerrido en importantes acciones y llegó a ser dos veces ministro de
Guerra y Marina (1879 y 1890); Presidente de Sucre, Táchira, Gobernador del
distrito Federal, (1899), Jefe civil y militar de Maracaibo, de Mérida y Jefe
de Fronteras.
Designado
Presidente del Estado el 17 de abril,
tomó posesión el 6 de mayo. En el Territorio Federal amazonas mandaba como
gobernador el historiador Bartolomé Tavera Acosta y en el Territorio Federal
Yuruary que nuevamente había sido creado (14 de diciembre de 1900) y el cual
abarcaba al Distrito Roscio y a la Comisaría Nacional de Cuyuní, había sido
designado gobernador el general Manuel Silva Medina.
Sarría, al igual
que su antecesor también llegó a la ciudad en vísperas de las fiestas de San
Isidro Labrador donde la muchachada se divirtió con la Cucaña o Palo encebado,
frente a la pulpería de Alberto Gamboa, en el Paseo Gáspari.
Sarría se cortaba
el pelo en la Barbería Francesa de J.M. Castellani en la calle Miscelánea
cuando demasiado tarde se enteró de la muerte del General José Pío Rebolledo,
ocurrida el 16 de
abril de 1901 en Caicara de Maturín. Rebolledo como él había
peleado en la Guerra Federal y los Guayaneses lo recordaban porque el 29 de enero de 1880,
como jefe de la Guarnición de Ciudad Bolívar, se levanto en armas contra el Gobierno
de Antonio Guzmán Blanco dando muerte a su inmediato superior, el General
Manuel Carrillo Cortes, en la Casa de las Doce Ventanas. Entonces fue sometido
y condenado a la pérdida de sus grados militares y a 10 años de presidio en el Castillo
de San Carlos.
En esos días los
Battistini y los Boccardo, no se podían ver debido a un conflicto judicial a
nivel de Juzgado Civil que terminó condenando al comerciante José Boccardo a
pagarle a Aurelio Battistini la cantidad de 58.127,72 bolívares, una cifra
importante para una época en que el comercio Angostureño lucia floreciente.
El Poder Judicial
era administrativamente muy regional y en vez de Juzgado Superior como ahora
teníamos Corte Suprema del Estado que, a propósito, confirió ese año el titulo
de abogado al bachiller Federico Calderón, quien se había graduado en el
Colegio Federal de Guayana el 16 de noviembre del año anterior.
Para entonces el
Colegio Federal de Guayana había sido relegado a segunda categoría, recién
llegado Cipriano Castro al poder, pero el 11 de marzo recapacito y dictó un
decreto autorizando al Colegio Federal de Guayana para reinstalar las clases de
Ciencias políticas y ciencias médicas que existían anteriormente y para abrir
las Escuelas de Minas. Dicho decreto establecía que los cursantes podían optar al titulo de doctor en el mismo
Instituto o en cualquier Universidad del país.
Luis A. Natera Ricci,
quien en el mismo Colegio Federal se había recibido de doctor en ciencias
Políticas en julio de 1888, figuraba como flamante Presidente del Colegio de
Abogados mientras el otrora compañero de estudio Adrián María Gómez que
igualmente cursó allí Ciencias Eclesiásticas, se estrenaba como Deán de la
Catedral.
1901 si bien
resultó favorable para el colegio por la reinstalación de sus cursos
universitarios, por otro lado no, por cuanto sufrió las pérdidas del doctor
Carlos Machado, quien falleció desempeñando el Vicerrectorado y las cátedras de
gramática, castellano y latín y del Dr. José Gervasio Rodríguez, decano de la
facultad de ciencias, fallecido el 13 de octubre.
Uno de los primeros Decretos del Presidente Sarría fue el
de convocatoria de la Asamblea constituyente del Estado, la cual se instaló el
3 de junio bajo la presidencia del doctor José Tadeo Ochoa, quien junto a
Antonio Bello representaba al distrito heres. Los otros miembros de la
Constituyente eran los generales Manuel González Gil y Emilio César Santo
domingo, por Cedeño; Policarpio Espejo y Timoteo Carvajal, por Sucre y Agustín
Suegart y Miguel Acevedo, por Piar.
La Asamblea
constituyente, al igual que la Asamblea legislativa del Estado nombrada Junta
Directiva cada diez días durante el periodo de sesiones, de suerte que la misma
que duro apenas veinte días para dictar una nueva constitución, tuvo una
segunda directiva presidida por el general Fernando Calzadilla, quien se había
incorporado como diputado suplente.
La nueva
constitución regional fue sancionada ese año el 20 de junio y estableció que el
Presidente del Estado designado por el pueblo a través de sus representantes
“durará tres años en sus funciones y no podrá ser elegido para el trienio
siguiente”. Cinco Días antes la Asamblea Constituyente del Estado había
decretado la ratificación de los poderes del Presidente provisorio Sarría
Hurtado hasta tanto fuera reemplazado constitucionalmente.
La nueva Carta
estatal implicó la elección constitucional de nuevas autoridades para suplantar
a las que gobernaban provisoriamente, de manera que se dictó una ley de
elecciones y se estableció el 28 de octubre para los comicios. La votación
duraba tres días a nivel de parroquias para elegir a los concejos municipales.
Estos precedían después a votar por los representantes del distrito a la
Asamblea legislativa y por sus candidatos a la Presidencia y vicepresidencia
tanto de la república como de su Estado respectivo. Finalmente enviaban las
actas a la asamblea legislativa para el escrutinio general y al senado las
correspondientes al presidente de la república y vicepresidencias.
Las elecciones para
los cuerpos deliberantes conforme a la nueva constitución del estado se
realizaron entre fines de septiembre y comienzos de octubre. En el distrito heres
resultaron electos el Dr. Vicente Castillo Rivas, Tomas Machado Núñez, Antonio
González, Gral. Agustín Suegart, Br. J. Felipe Abundio Silva y Dr. José Tadeo
Ochoa en quien recayó la Presidencia. Lo igual ocurrió en el resto de los
distritos donde los cuerpos edilicios quedaron presididos por J.M. González, en
Piar; Juan Manuel García, en Sucre y Juan Francisco Arismendi, en Cedeño.
La primera asamblea
legislativa de 1901 electa constitucionalmente, se instaló el 5 de diciembre a
las tres de la tarde y eligió para la primera década al Dr. Antonio bello como
el presidente; primer vicepresidente, Gral. Alfredo Alcalá; segundo
vicepresidente, Dr. Eduardo Oxford y secretario el Br. José Mª Arroyo.
Cuatro días después
recibía el mensaje del presidente del estado, gral. Julio Sarría Hurtado, quien
se lamentaba de la discriminación notable sufrida por el tesorero, tanto por
las creaciones de los Territorios yuruary y delta amacuro, como por la
reducción del situado constitucional.
En verdad que poco
había podido hacer el mandatario regional en ocho meses de ejercicio, apenas la
creación de una Escuela de varones en el Municipio Cermeño (Distrito Heres); un
busto del prócer Juan Bautista Dalla Costa en la plaza miranda y otros del
general Juan Crisóstomo falcón en el Malecón, montado por la casa de Julio
Roverssi hijo, pero los bolivarenses no veían bien que el busto fuese más alto
que el pedestal, lo cual hubo de corregirse posteriormente. La inauguración de
ambos monumentos tuvo lugar el 5 de julio y el discurso de orden lo pronunció
don Hilario Machado.
Después de recibido
y considerado el mensaje presidencial, la Asamblea legislativa discutió y
aprobó un proyecto de reforma a la ley de división político-territorial que
dividía al estado en cuatro Distritos Heres, Capital Ciudad Bolívar, cedeño;
capital caicara; Piar, capital Upata y sucre, capital Moítaco “mientras se
consigue la reincorporación de los distritos que forman actualmente los
territorios Yuruary y Delta Amacuro que han sido parte integrante del Estado”.
La llegada de
castro al poder no significó de ninguna manera., la pacificación del país,
máxime cuando éste se desvió hacía el autoritarismo. El general José Manuel
(Mocho) Hernández, jefe del partido nacionalista con el cual quiso montar una
especie de extraña coalición no duró un solo día en el gobierno. Se alzó aunque
pront fue derrotado y encerrado en el castillo de san Carlos. Lo sucedió el
doctor y general Carlos Rangel Garbiras, jefe del mochismo en el Táchira,
apoyado por los conservadores desde Colombia, pero también fue vencido.
En el estado
bolívar, antiguos predios revolucionarios del Mocho Hernández, no fueron menos
los alzamientos, pero igualmente frustrados. El general Celestino Peraza y su
lugar-tenientes Rómulo Sabino e Ismael Ovalles fueron vencidos, capturados y
encerrados en la Cárcel de ciudad bolívar a mediados de mayo, lo mismo le
ocurrió al gral. Zolio Vidal, quien junto con Dionisio Lizardi se había alzado
contra el gobierno, este último cayó muerto en cañaveral.
También cayó muerto
(julio 12), pero por agavillamiento en el Territorio Federal Yuruary del que
había sido su primer Gobernador, el gral. Santiago Rodill. Recibió cinco
disparos de varios agresores.
Antonio Liccioni,
curso al cual estuvo ligada la época floreciente de El Callao, falleció el
mismo día (20 de junio) en que la onda de la llamada Revolución Restauradora,
daba a los bolivarenses una nueva Constitución.
Falleció a los 84
años de edad y su muerte paralizó toda la actividad pública y comercial de la
región. El Gobierno declaró duelo público y cerro las oficinas durante dos
días. A Domingo María Battistini y Carlos Machado, Vicerrector del Colegio
Federal, les toco dar las gracias en la plaza miranda donde era tradición
detener el sepelio camino al cementerio. Alí Machado, quien moriría también 43
días después, exalto la generosidad del hombre que había llegado a Guayana por
los senderos del llano colombiano, destacando la colaboración que le prestó a
Juan Bautista Dalla Costa para construir el Hospital La Cruz.
Por cierto que el
26 de mayo de ese mismo año el Concejo Municipal había nombrado una comisión
presidida por él e integrada por Brígido Natera, Rómulo G. Natera, Antonio
María Delgado y G. Barnewitz con el objeto de levantar un informe sobre ese hospital
La Cruz cuyo edificio había sido transformado en el Cuartel Capitolio.
Y era que el gran
problema de Ciudad Bolívar por esos días parecía ser su hospital Ruiz funcionando en una casa de barro y piedra que
amenazaba con desplomarse y para cuya reparación urgente el presidente Cipriano
castro no vaciló en atender la solicitud de 25 mil bolívares que le formularon
los bolivarenses.
Otro problema era
el del Aseo Público, por lo que el jefe civil de heres, Gral. Adolfo Quintero,
hizo saber a los dueños e inquilinos de casas, que el presidido no estaba
obligado a limpiar el frente de sus respectivas habitaciones y que para el 31
de diciembre debían ser aseados los frentes de las casas, quedando penados los
que no cumplieran la disposición, igualmente quienes amarraran animales en la
Alameda, ventanas de las calles públicas y arrojaran basura en La Laguna, Laja
de la Sapoara y Orinoco.
La Ciudad se
preparaba para recibir pomposamente al Nuevo Año (1902) y aunado a la limpieza
de la ciudad, el Presidente Sarría Hurtado había nombrado una comisión
responsabilizándola de los actos festivos.