El general Lorenzo Guevara, asume la
jefatura civil y militar de Guayana el 24 de abril de 19 00 y gobierna hasta el 6 de mayo de 19 01.
En el mismo vapor Bolívar
donde llegara su esposa Belén meses antes, parte del General Nicolás Rolando.
Había otro vapor, el Orinoco, propiedad de la Casa Dalton y Cia, que muchas
veces contrataba el Gobierno para movilizar tropas de un lugar a otro del río.
El nuevo gobernante
nombra a sus colaboradores, entre ellos al general Jesús Torres C. en la
secretaría General de gobierno y se apresta a unirse a la celebración de las
fiestas de San Isidro Labrador que entonces eran populares en el barrio de su
nombre donde tenía el santo de la lluvia una capilla en la que se cantaba este
verso morichalero del doctor Ramón Isidro Montes, compuesto en 1876: ya viene el 15 de mayo / que es la fiesta
del patrón / pidamos una limosna / para hacerle su función / para que digamos
todos / implorando su fervor / san isidro! San Isidro! / San Isidro Labrador!/.
Hasta tanto la constituyente
sancionara una nueva Constitución, el general Lorenzo Guevara nombró
ejecutivamente los concejos municipales. De esta manera: el de heres conformado
por el Br. Régulo Machado (Presidente); Gral. Juan M. Ruiz, general Ramón
Contaste Laveaux, Dr. A. Natera Ricci, Dr. J.T. Ochoa y Br. Luis Acevedo
Itriago.
Ese año de 1900,
justamente el 14 de abril, se inauguró un Circo de Toros con el nombre de
“Circo de Toros La Paz”. Pero la corrida fue todo un fracaso. El diario “El
Anunciador” reclamó: “Toros y toreros no
tuvieron ala satisfacción del soberano, que es Casiano en todas estas gergas y
como es natural e indispensable, la empresa debe ser solicita en prometer y
cumplir mejores condiciones en las próximas corridas”. El empresario
prometió una segunda corrida con los diestros caraqueños El Rubí y Vicente
Victoria Mendoza, pero al final no fue posible por lo que hubo que improvisar
nuevo circo con otro nombre, el de Santa Justa. En esta corrida a gradas
llenas, actuaron los toreros Pablo Mirabal “El Rubio”, Bocanegra y el Chato.
La entrada el circo fue completamente
gratis. Obsequio del presidente del estado, General Lorenzo Guevara,
generosidad a la cual lo excitaba su matrimonio con una de las distinguidas
señoritas de la ciudad, María Magdalena, hija del doctor Wenceslao Monserrate
Hermoso, destacado abogado de la época.
Aunque la mayoría
de los historiadores ubican el comienzo de la historia del cine el 28 de diciembre de 18 95
cuando en el sótano del gran café de París Luis Lumiere presentó las primeras
imágenes en movimiento, esta comprobado que ya en 1888 Agustín Le Prince
(francés muerto misteriosamente en 1890) había perfeccionado una
cámara-proyector que filmaba veinte cuadros por segundo y utilizaba película
perforada; que Tomás Alva Edison (EEUU), en 1890, había construido el
Kineoptico; que George Demery (francia), en 1892, había patentado su
Fonoscopio; que Birt Acres(Inglaterra), en 1895, había presentado y con el cual
realizó una famosa filmación del Derby de ese año y que en Berlín los Hermanos
Skladanowski, en 1895, inventaron el Biocospio, un doble proyector que
utilizaba película transparente perforada.
Pues bien, el
primero de estos aparatos cinematográficos llegado a Ciudad Bolívar fue el
Biocospio inglés, traído por Whiteman. Su primera función tuvo lugar el 30 de noviembre de 1990 ,
cinco años después de su invención, en el Hotel Bolívar ( no el actual),
propiedad de Guillermo Eugenio Monch, ubicado en la parte alta del comercio
Montes & Monch de la calle Orinoco.
En la primera
función el empresario Whiteman proyectó las cintas “El Baile de la Serpentina”
y Destrucción del vapor Maine”.
Una segunda función
se presentó en el mismo Hotel Bolívar el 3 de diciembre y en la misma actuó en
vivo la cantante Julia Acosta. La tercera y última función, tal vez por lo
incomodo del Hotel, se dio en el Teatro Bolívar el 10 de diciembre. Este
Bioscopio fue presentado entonces como “El Rey de los Cinematógrafos” y dejó un
público cautivo para futuras presentaciones. Vale decir que el empresario
Whiteman se le adelantó a Federico I Berhens, quien había ofrecido a los
bolivarenses traerles el Kineopticon en agosto.
Ciudad Bolívar no
disponía en 1900 de un Hospital adecuado para servir una población local de 12
mil habitantes y 70 mil en el estado. El hospital que se había propuesto Dalla
Costa en 1870 fue transformado en cuartel y la edificación utilizada por el
hospital de caridad, debido a su progresico estado de deterioro, se hallaba en
reparación total desde junio de 1899. de allí que el concejo municipal haya
acordado el 9 de abril darle un vuelco a la administración del hospital de
caridad para hacerlo más eficiente y adecuado a las necesidades de la ciudad.
Empezó por sustituirle el nombre y así se llama desde entonces “Hospital Ruiz”,
en homenaje a quien por mucho tiempo desempeñó los cargos de Medico-director de
los hospitales Civil y Militar y de Médico de Sanidad del Puerto como la
Vicerrectoria del Colegio Federal. Después por Resolución del presidente del
estado se destinó el producto del impuesto sobre los cueros de res al fomento
del hospital y la composición de las calles (28 de agosto) y al efecto se
nombró una junta integrada por los doctores L.A. Natera Ricci (presidente),
J.F. Ochoa y J.M Agosto Méndez para administrar esos recursos. Finalmente, una
vez concluidos los trabajos bajo la dirección del Ingeniero P.H. Carranza, la
municipalidad nombró una junta administradora del hospital Ruiz integrada por
los doctores José Tadeo Ochoa, P.H.
Carranza, P. Acosta Delgado, C. Urbano Taylor y F. Retali para ejercer
la autoridad superior al ser inaugurados los trabajos de ensanche y reparación.
La comunicación
telegráfica de ciudad bolívar con el resto del país no era directa. Había que
lograrla a través de la Estación de Soledad hasta el 3 de diciembre de 1990 que
fue instalado un cable subfluvial. Desde entonces comenzó a operar en ciudad
bolívar una estación telegráfica bajo la jefatura de Rodríguez Santaella. El
primer mensaje recibido procedía de coro. Ciudad bolívar podía entonces
comunicarse telegráficamente con caracas, Maracaibo y todas las estaciones del
país.
De manera que los
bolivarenses para ese año tenían teléfono y telégrafo, pero no había sido
posible la luz eléctrica. Esta llegaría once años después. La ciudad se
alumbraba con faroles y ello permitía al
para entonces popular “Zambo Justo” pasearse desnudo por la calle Miscelánea
mientras los muchachos lo alumbraban con cerillas para observarlo mejor.
Las boticas como La
Bolivariana en el Paseo San Antonio, no solo se limitaban a vender medicamentos
sino también perfumes, dulces y vinos españoles. Las minas de hierro de Imataca
dejaron de explotarse debido a que la concesionaria “The Orinoco Iron Company”
fue embargada por más de 75 mil bolívares que debía a Ellis Greel y Compañía,
de Trinidad. Comenzó el embaldosamiento de la Plaza Bolívar, a
levantársele monumentos a Falcón y Dalla
costa, acabar con el monopolio de navegación que The Orinoco Shipping & Trading
Company Limited tenía por el Orinoco y a dársela impulsó al Teatro Bolívar
presentando largas temporadas de Zarzuela y famosas piezas de la Dramaturga Hispana.
De acuerdo con el
decreto del 15 de abril, Cipriano Castro, Presidente Provisional de los Estados
Unidos de Venezuela, conforme a las atribuciones 1 y 2 del artículo 3ro de la
ley sobre organización provisional de la República, volvió a dividir al país en
20 Estados y al hacerlo, nombró nuevos mandatarios regionales, entre ellos, al
General Julio Felipe Sarría Hurtado,
para el Estado Bolívar.
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