Héctor Guillermo Villalobos, poeta, educador y político ejerció
la Presidencia del Estado Bolívar desde el 24 de octubre de 1945 hasta el 18 de
mayo de 1946, menos de siete meses. Tenía entonces 34 años de edad y recién
había publicado su segunda obra lírica: Jagüey.
El golpe militar contra el
gobierno de Medina Angarita ocurrió el 18 de octubre de 1945, pero en Ciudad
Bolívar la reacción fue retardada. No fue sino dos días después cuando
reaccionaron contra el gobierno local los dirigentes principales de Acción
Democrática y el Batallón Mariño Nº 9 acantonado en el Cuartel del Capitolio.
El diario El Luchador tituló el lunes 22: “La Revolución ha triunfado en todo el país.
Victoriosa jornada de la juventud militar y del partido Acción democrática.
Constituida en esta Capital la Junta Revolucionaria Cívico-militar del Estado
Bolívar”. Luego un editorial titulado: Radical
cambio político.
La junta la integraba Julio C. Paván, en calidad de
Presidente provisional; José Luis Mattei, Ramón Vicente Tovar, Enrique
Vecchionacce, José Luis Orsetti, Régulo Salazar, Luis Felipe Pérez Flores,
Ramón Vicente Tovar, Rafael Simonovis, por el sector civil; y por el militar
los subtenientes Ásale Roa Medina y Carlos R. Camacho Paz.
Por mandato de la
nacional, esta Junta local quedó disuelta dos días después (día 24 de octubre) que
fue nombrado Héctor Guillermo Villalobos. Presidente del Estado.
Villalobos,
bolivarense nacido el 20 de julio de 1911 era director del Liceo Fermín Toro de
Caracas y había sido diputado al Congreso por el Estado Bolívar en el periodo
1937-1940.
Llegó de Caracas el
mismo 24 y se encargó de la Presidencia a las seis de la tarde. Inmediatamente
nombró a J.M. Siso Martínez, Secretario General de Gobierno y a la poeta Luz
Machado, Secretaria Privada. Gobernadores de distritos a: Rafael Simonovis,
Heres; José Ma. Rizo, Piar; Dr. Rafael Arana, Roscio; Pedro Ramón Castro,
Cedeño; y Ramón Centeno, gobernador del distrito Heres debió dejar la
Secretaría General de Acción Democrática en manos de Edmundo Cruz Prieto, pero
en enero del año siguiente renunció, reclamado por el trabajo partidista y su
negocio La Casilla Central que funcionaba en el mercado. De manera que desde el
17 de enero de 1946 la gobernación de Heres la ejerció Joaquín Vicente
Echeverría.
Vuelto el país a la
normalidad, comenzó de nuevo la actividad en todas las órdenes de la vida
nacional, pero bajo otro signo político marcado muchas veces por el
desbordamiento y pugnacidad.
Antes de cerrar el
año 1945, Héctor Guillermo Villalobos
decretó la eliminación de los gastos de sostenimiento de la Casa Presidencial,
los gastos de automóvil del Presidente y del Secretario General del Estado,
rebajó los gastos de representación, fijó en 3 mil bolívares el sueldo del
mandatario, creó la Policía Rural Montada, doto de instrumental quirúrgico a
los hospitales y decretó duelo público por la muerte de del doctor Luis Felipe
Pizarro, quien ejerció en Ciudad Bolívar la profesión de médico durante 50 años
además de ser autor de trabajos científicos y ocupar cargos públicos de
relevancia.
Las perspectivas de
lograr mejores divisas para el país no sólo se presentaban con la demanda
petrolera, sino con el hierro del cual se habían descubierto importantes
yacimientos en el interior de Guayana. Las minas del Pao, detectadas en 1926,
comenzaron en noviembre del 45 a ser explotadas por la Iron Mines of Venezuela Co. Los trabajos de infraestructura habían
arrancado por Palúa en 1940. Earl K. Nixon, geólogo norteamericano instalado en
El Pao desde 1931, tuvo mucho que ver con la explotación del hierro allí por
parte de la Iron Mines, la cual había invertido hasta entonces 45 millones de
dólares en estudio e instalaciones para explotación del mineral.
No sólo el hierro
después del petróleo estaba en perspectiva. También la hidroelectricidad. En
diciembre estuvieron en la región preceptuando el potencial hidroeléctrico del
Caroní los doctores Oscar Augusto Machado, gerente de la Electricidad de
Caracas; John R. Long, ingeniero norteamericano y Raimundo Aristiguieta,
banquero e industrial guayanés.
El doctor Raimundo
Aristiguieta, quien estudió secundaria en el Colegio Federal de Ciudad Bolívar
y derecho en la UCV, tenía sin duda una excelente vocación industrial pues
había fundado en Caracas, Barranquilla, Puerto Rico y Panamá la famosa fábrica
de sombreros de paja Britania. Ahora,
interesado por el desarrollo del potencial hidroeléctrico del Caroní, también
lo demostraba por la industrialización de la carne de Guayana, incluyendo la de
tortuga, pues tan pronto entró el año 1946, fundó e inscribió en el Juzgado de
Comercio de Caracas la Empresa EDECO, para industrializar la carne de todos los
productos de la tortuga del Orinoco así como toda clase de conservas de
animales y vegetales. Dispuso para ello un capital inicial de 100 mil bolívares
para ser elevado a 500 mil después del primer año. El estudio sobre la
industrialización de la carne de tortuga lo había hecho el técnico Carlos
Schulz. Se pensaba beneficiar 40 mil tortugas al año equivalente a 300 mil
kilogramos de carne así como 7.200.000 huevos al promedio de 180 por unidad.
Este proyecto no tuvo éxito.
Siendo poeta el
presidente del Estado, no resultaba extraño que sus primeros invitados dentro
del ámbito cultural fueran también poetas de la calidad de Nicolás Guillén y de
Miguel Otero Silva. Ambos llegaron a Ciudad Bolívar el primero de Febrero de
1946 para ofrecer un recital en la Biblioteca Auditorio, a la que el gobierno
regional bautizó entonces con el nombre de José
Manuel Agosto Méndez. Otro recital fue ofrecido en el Cine América y los
ilustres visitantes obsequiados luego con un paseo por el Orinoco y una gran
paella valenciana en el Morichal de Rafael Alejos en la Avenida Táchira.
Nacionalmente se
estaban echando las bases de URD y a Ciudad Bolívar llegaron el 18 de ese mes
Elías Toro y Jorge Figarella. Se reunieron en la casa de Pedro Montes para
fundar la Seccional del partido. Acudieron Paúl Tomasi, Reinaldo Guevara, Oscar
Parra, Rogelio Pérez Rojas, Elías Guevara Ruiz, Dr. R. Daza Soteldo, J.M. Gómez
Rengel, José Rosalino Flores, José Alcalá, José Agosto Méndez, Luis Ginestra,
Eduardo Azanza y José R. Machado, entre otros.
Pero mientras los nuevos grupos políticos que surgían a la
arena trataban de consolidarse, en Acción Democrática, al menos en Bolívar, se
percibía cierta pugnacidad por razones
virtualmente burocráticas que llevaron a la renuncia del Director de política,
Regulo Salazar, redactor del semanario humorístico El Loro y posteriormente a la del secretario General de Gobierno
Siso Martínez.
Regulo Salazar fue
acusado de deslealtad y en un escrito publicado en El Luchador por Isidro
Guevara lo tildan de “Pigmeo del
periodismo” y lo desprecian diciéndole “que
se vaya a otra parte con su sinfonía de
bejuco”.
La renuncia del Director de
Política se produjo el 18 de febrero y la de Siso Martínez el 24 de abril. Este
último fue sustituido por el Dr. Ángel Domingo Beroes. La crisis se agudizó y
la Junta Revolucionaria de Gobierno se vio obligada a terminar con la pugna
designando al doctor Fernando Álvarez Manosalva, nuevo Presidente del Estado Bolívar.
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