Durante el
período gomecista el doctor José de Jesús Gabaldón fue
Presidente de los
Estados Anzoátegui, Monagas,
Zulia y Bolívar.
Ejerció la presidencia
de Bolívar de 1930 a 1931
cuando se separó indefinidamente y dejó encargada por el resto de su gestión al
Secretario General de Gobierno, upatense Dr. Toribio Muñoz.
La reforma de la Constitución Nacional de marzo de 1929
transfirió al presidente de la República la facultad que tenían las Asambleas
Legislativas de elegir a los Gobernadores o Presidentes de Estado. Asimismo eliminó los Vicepresidentes. De allí
que el doctor José de Jesús Gabaldón, fuese designado ejecutivamente por el
Presidente de la República o, mejor dicho, transferido de la Gobernación de
Anzoátegui a la de Bolívar, donde tomó posesión el 22 de octubre de 1930 y
designó al Dr. Toribio Muñoz, Secretario General de Gobierno.
Esta reforma constitucional hizo inestable a los
Presidentes de Estado, pues el tiempo de su mandato dejaba a un lado la
soberanía regional, aunque generalmente espúrea, para someterse a las
decisiones personales del Presidente de la República. De allí que Gabaldón durase tanto como Juan
Bautista Pérez en la Presidencia de la República.
Gómez, desde 1908 no había dejado de ejercer el Poder
directamente a través de segundas personas, para lo cual demandaba reformas
constitucionales que le permitían siempre ser, comandante general de las
Fuerzas Armadas Nacionales, así el Presidente fuese otro como el Dr. Juan Bautista
Pérez, quien ejerció entre 1929 y 1931, tiempo durante el cual se presentó en
el país una crisis económica caracterizada por la falta de abastecimiento,
desempleo y hambre.
Los poderes de Gómez al retornar al poder en julio de
1931 eran omnímodos pues no sólo concentraba en su persona el poder político y
militar sino también la facultad de nombrar los Presidentes de Estado.
De manera que el doctor José J. Gabaldón estuvo menos de
un año en la Presidencia del estado y al llegar se encontró con el enfrentamiento
entre la Nueva Cervecería de Ciudad Bolívar, a favor de la cual tomó partido, y
la C.A. La Electricidad que se consideraba invadida en sus derechos de
concesión al autorizar la Municipalidad la instalación de una Planta Eléctrica
paralela.
Durante su lapso presidencial, Gabaldón apenas si pudo
inaugurar, en la oportunidad del centenario de la muerte del Libertador, 300
metros de pavimentos de la avenida Bolívar, 200 metros de tubería de cemento
para la Bomba de Desecación de la Laguna, el busto de Monseñor Mariano de
Talavera y Garcés; y el nuevo edificio de la Clínica de Niños Pobres, iniciado
por la Sociedad de Médicos y terminado por la
Cruz Roja.
Decreto la pavimentación del Paseo Falcón, desde la
esquina San Félix hasta el Dique y el enlace con la calle Piar, desde la
esquina La Placiere pasando por la esquina de El Lago, La Plaza Farreras, El
Porvenir y 5 de Julio hasta su terminación a la entrada del camino de Caruachi.
El Concejo Municipal, para no quedarse atrás decretó la
celebración del Día de la Madre, todos los años, el tercer domingo del mes de
mayo a partir del 1931.
La batuta de la Banda Gómez del Estado pasó de las manos
del profesor José Francisco Miranda a las de Laudelino Mejías. Telmo Almada estrenó en el Paseo Falcón con
la Orquesta Venezuela su vals “Canciones de Himeneo”. Por su parte, Miranda estrenó con la Banda
Gómez, su pasodoble “Late 28” y firmó con la Southen Music Publishing Co. De
Nueva York, el contrato de grabación de su joropo “La Sapoara”.
El “Late 28” era una avión de manufactura francesa
adquirido por Aeropostal para inaugurar el 21 de abril de 1930, la ruta Ciudad
Bolívar – Maracay. Posteriormente la del
interior del Estado y el ramal Ciudad Bolívar – Trinidad. El Late 28 era pilotado por Paúl Vachet, a quien
Fitzi Miranda dedicó el pasodoble.
Fue el tiempo en que don Rómulo Gallegos visitó al
Estado Bolívar con el fin de escribir su novela Canaíma. En febrero de 1931, el escritor fue objeto de
un agasajo y escribió esta dedicatoria en el Álbum de Ana Luisa Contaste:
“Encantadora
ciudad, cordial ciudad esta que se empina sobre la milenaria roca que la
soporta para adelantar su saludo al que viene hacia ella surcando el río o
atravesando el espacio, y no hay viajero peregrino de la bellaza o traficante
afamado en pos del filón milagroso que al pasar frente a ella no sienta el
deseo de arriar las velas del barco aventurero del corazón y echar el ancla en
sus playas de siempre”.
“Y es que las
sirenas del Orinoco cantan desde las alturas de esta ciudad cuando en la dulce
atardecida o en la apacible noche fresca, como mágicos jardines, las azoteas,
el asomarse a ellas las muchachas, todas llenas de gracia, para templar con la
suntuosidad de los incomparables crepúsculos el poder embrujador de sus miradas
o para hundirlas, soñadoras, en las hondas lejanas dormida bajo el claro
encanto lunar…. Mientras en las silenciosas playas el majestuoso río enamora a
la ciudad gentil en el madrigal de plata
de sus leves espumas”.
Comenzando el mes de julio el doctor José de Jesús
Gabaldón se separó de la Presidencia del Estado y dejó encargada a su
Secretario General del Gobierno, doctor Toribio Muñoz, a quien le tocó
combatir, junto con el coronel Ángel M. Sánchez, la segunda invasión desde
Colombia del General Arévalo Cedeño.
El 21 de junio de 1932, aniversario de la Batalla de
Ciudad Bolívar, lo celebró con la inauguración de las siguientes obras:
Levantamiento y reforzamiento de los malecones en el Paseo Falcón, desde el
Resguardo hasta el Dique; construcción de 120 metros de cloacas en la calle
Dalla Costa, desde la esquina de la Aduana hasta el Orinoco; construcción de 60
metros de cloacas en la calle Igualdad, apertura y pavimento de una calle en el
barrio Los Culíes hasta salir a la Plaza Centurión.
Toribio Muñoz dio respaldo entusiasta al Ronda femenino,
al béisbol, fútbol e hipismo. Ciudad Bolívar tuvo su primera emisora local, la Broadcasting Bolívar, de Rafael Ángel
Cabrera, coincidiendo con la recepción de las primeras emisoras de la Broadcasting Caracas.
El doctor (ingeniero) Toribio Muñoz (upatense), gobernó
interinamente hasta 1933 y presidió los actos fúnebres del músico y compositor
Manuel Jara Colmenares, quien falleció el 8 de junio de 1932. Fue director de la Banda del Estado y autor
de la música del Himno del Estado Bolívar.
Había nacido en Táriba en 1862 y
llegó a Guayana en 83 como cornetista de la Banda del Ejército.
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